Uno, este blanquito que creemos puede ser cruce de siamés, de unos tres meses, ha aparecido en nuestras vidas en un estado lamentable. Nunca habíamos visto un animalito tan lleno de pulgas como estaba él. No cesaba de maullar, y tras estar todo el día debajo de los coches poniendo su vida en peligro, una vecina al fin lo recogió. Le dimos un buen baño, pero aún así parece que echaba mucho de menos a su mamá, pues lloró durante toda la noche. Hoy por fin está un poco más tranquilo, le hemos desparasitado interna y externamente y está hecho un pincel. Es muy mimosín, ronroneaba incluso cuando le estábamos lavando. Da mucha pena ver como solo quiere cariñitos.
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